Era martes por la tarde, el reloj marcaba las 6:08 pm (hora local), cuando una explosión en el puerto de Beirut, Líbano, dejó como saldo a más de 200 muertos y más de 300 mil personas sin casa.
El 4 de agosto del 2020 explotó una gran cantidad de nitrato de amonio que se había almacenado por al menos 6 años en un edificio en el puerto de Beirut.
Fue tan potente que dejó en el lugar un cráter de 120 metros de ancho y un rastro de destrucción que se extendió a más de 10 kilómetros del origen de la explosión.
A un año de la tragedia, se llevaron a cabo celebraciones religiosas y marchas en honor a las víctimas, al tiempo que exigen justicia.
Aunque el presidente de Líbano, Michel Aoun, prometió una investigación minuciosa y pidió la renuncia de parte de su gabinete, las víctimas afectadas aún no ven justicia.