Alejandro y Margie: una historia de amor que terminó en tragedia migrante

Dicen que hay amores que duran toda la vida, esta es la historia de una pareja de migrantes hondureños que murió dentro del tráiler en San Antonio, Texas, el pasado 27 de junio.

Margie Tamara Paz Grajera y Alejandro Miguel Andino Caballero llevaban casi diez años de relación, dejaron su tierra con la promesa de buscar “el sueño americano”, pero una tragedia en el camino truncaría sus sueños.

Karen Caballero, madre de dos migrantes hondureños fallecidos, recuerda la historia de amor entre su hijo Alejandro Andino Caballero y Margie Paz Grajera, quien también murió en el trayecto.

La madre del joven recuerda que Alejandro y Margie se hicieron novios cuando estudiaban juntos en un colegio adventista en Las Vegas de Santa Bárbara, un pueblo cercano a la capital hondureña.

“El primer año de novios se casaron en el árbol de las bodas del colegio, con anillos de papel. Tenían 17 y 18 años”.

Asimismo, la madre recuerda que Margie ingresó en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Honduras, y Alejandro se inscribió en Mercadotecnia en la Universidad de San Pedro Sula.

“Cada día recorrían más de 100 kilómetros hasta San Pedro Sula, un par de horas en autobús que debían tomar durante la madrugada para llegar a tiempo a la primera clase”.

Al terminar la carrera Margie y Alejandro se quedaron en San Pedro Sula, ya que seguramente habría más posibilidades de conseguir buenos empleos que en el pueblo. Sin embargo, la mejor oportunidad que encontraron fue trabajar como operadores en un call center.

Con el paso del tiempo, los sueldos de la pareja se volvieron tan precarios que Karen y su madre, la abuela de Alejandro, replantearon el presupuesto familiar para apoyarlos con víveres y dinero para cubrir la renta cada mes.

Tras la pandemia, la situación económica familiar se complicó por lo que Alejandro, Fernando, su hermano menor, y Margie decidieron emigrar a Estados Unidos en busca de nuevas esperanzas y una mejor vida. Sin embargo, sus sueños se verían truncados al morir junto con otra decena de migrantes en busca de “el sueño americano”.