Las autoridades de Salud en Rusia han anunciado que las primeras dosis de su vacuna contra el COVID-19 serán exclusivas para los médicos que, de forma voluntaria, deseen aplicársela.
A pesar de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha aprobado la seguridad de la vacuna que anunció el país asiático el día de ayer, el presidente Vladimir Putin rechazó como infundadas las advertencias de los expertos por la rápida aprobación del fármaco.
Cabe recalcar que el proceso final no se han completado, pues apenas lleva menos de dos meses de pruebas en humanos, por lo que algunos científicos temen que Rusia esté anteponiendo el prestigio nacional a la seguridad.
“Parece que nuestros colegas extranjeros están percibiendo las ventajas competitivas específicas de la droga rusa y están tratando de hacer comentarios que, en nuestra opinión, son completamente infundados”, declaró el ministro de Salud, Mikhail Murashko.
Agregó que la primera tanda de dosis estará lista en dos semanas y será para el personal médico que, voluntariamente, desee aplicársela.
Rusia tiene como objetivo producir cerca de 5 millones de dosis al mes para diciembre o enero, dijo Alexander Gintsburg, director del Instituto Gamaleya, donde se desarrolló la vacuna.
Con información de Reuters.