Tras los tiroteos ocurridos desde febrero del 2018, y en especial los 3 del pasado fin de semana en Estados Unidos, la venta de mochilas antibalas repuntó, pues muchos de los 200 atentados registrados sucedieron en escuelas públicas.
Empresarios que se dedican a la venta de artículos de defensa personal han optado por implementar estos productos con el fin de aumentar la posibilidad de supervivencia de los alumnos ante un ataque armado, funcionando primero como una mochila “bonita y elegante”, y después un sistema de protección que puede expandirse.
Su precio va de los 99 a los 400 dólares, y pueden detener una pistola de 9 milímetros y .44 Magnum con penetración cero, aunque no están diseñadas para detener disparos de un rifle de alto calibre. Según las compañías, las ventas han aumentado en un 200 por ciento.