Stanislaw Kostsew e Illya son dos jóvenes de 19 y 21 años de edad que fueron condenados a la pena de muerte por apuñalar más de 100 veces a Natalya Kostritsa, asesinándola mientras dormía para después incendiar su casa en Bielorrusia.
Los acusados recibieron como condena disparos en la cabeza y antes de morir manifestaron que no estaban arrepentidos de lo que habían hecho, ya que seguramente el alcohol que habían tomado la noche del asesinato, fue el causante de su atroz crimen.
El cuchillo utilizado fue arrojado a un río y encontrado por la policía local, quienes de esa manera dieron con el paradero de los dos jóvenes responsables.
La justicia de Bielorrusia arrodilló a los condenados, les vendó los ojos y les disparó en dos ocasiones a cada uno. Cabe destacar que en dicho país aún no se ha derogado la pena de muerte, por lo que el presidente de aquella nación dijo que la muerte era el mejor castigo.