Investigadores de la Universidad de Harvard ya trabajan en la tecnología de un cubrebocas que brille al detectar la presencia del COVID-19. El prototipo ya está en las primeras fases de desarrollo.
Desde el 2016 ya se investiga este tipo de ciencia en la universidad de Estados Unidos en colaboración con el Instituto de Tecnología de Massachutes (MIT), quienes elaboraron un sensor para detectar el virus del ébola.
Con el éxito del trabajo también se comenzó a implementar el prototipo para encontrar otros patógenos como zika, SARS, sarampión, influenza, hepatitis C y otras enfermedades infecciosas; ahora su nuevo objetivo es detectar el nuevo coronavirus.
Los expertos explican que, para que la tecnología se active, se necesita de dos elementos: humedad, la cual se obtiene de las partículas de fluidos que arrojan nuestros cuerpos, como saliva o moco; y también requiere de la secuencia genética del virus.
El equipo aún se mantiene en fase de desarrollo, y aunque los resultados han sido prometedores, aún se debe esperar para que se pruebe la mascarilla en humanos infectados y un entorno más real.
Si el dispositivo tiene éxito podría, incluso, sustituir las pruebas PCR usadas para una detección rápida, lo que ayudaría a médicos y autoridades sanitarias a medir el número de contagios.
Jim Collin, científico de la Universidad de Harvard, que en la medida en que se abra el sistema de tránsito “podría imaginar como sería utilizado en los aeropuertos, mientras pasamos a seguridad, mientras estamos a la espera de abordar un avión. Podríamos emplearlo en el camino al trabajo. Los hospitales podrían usarlo para los pacientes cuando ingresan a la sala de espera como una prueba previa de quién está infectado”.
Con información de Agencia.