El año arranca con la temporada de carnavales en el estado de Morelos, pues aunque el que marca el comienzo es el de Jiutepec, hay otros que llenan de color las calles del estado y traen consigo la fiesta que, por meses, la gente ha estado esperando.
La gran mayoría de ellos tiene un trasfondo religioso, pues las misas y celebraciones de la iglesia católica acompañan lo que los feligreses -y no feligreses- organizan: las ferias, los brincos y los bailes.
Hay un personaje que no puede faltar en los carnavales: el chinelo. Bailamos, reímos y seguimos el ritmo de la música con él, pero ¿cuál es su origen? En 24 Morelos te lo contamos.
Aunque hay varias versiones, la más fuerte apunta a que el chinelo es, en pocas palabras, una burla a los españoles y hacendados.
Se dice que cuando estas personas tenían a su disposición a un gran número de trabajadores, realizaban fiestas excluyendo a su personal de servicio, sin embargo, ellos también buscaban celebrar.
Para no ser descubiertos, idearon una vestimenta con prendas viejas y máscaras para ocultar su identidad de los capataces. A esto, se le conocía como “huehuenches”.
Además, la barba rubia del chinelo hace burla al hacendado español, extranjero, al que no se le quería.
Aunque en Morelos se realizan carnavales en diferentes municipios, no todos mantienen al “mismo” chinelo. Existen variantes como el de Tlayacapan, vestido con un traje blanco con rayas azules; el de Tepoztlán, con un traje negro con adornos blancos y detalles a mano en la espalda; o el de Yautepec, con colores y bordados por todos lados. Todos ellos, con un sombrero decorado con chaquiras y plumajes.
Con información de Rodrigo Farrera.
Araceli Segura
