Como cada tanto, hace un par de semanas, vecinos de la ciudad se organizaron para bloquear las principales entradas y salidas al tramo conocido como Paso Exprés, en la Autopista México-Cuernavaca, para exigir a las autoridades municipales la reanudación del servicio de suministro de agua potable en sus casas, lo que provocó severas afectaciones viales en prácticamente toda la ciudad.
El caos que provoca este tipo de bloqueos en Cuernavaca obligó de plano a las autoridades de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, la UAEM, a suspender las clases presenciales e impartirlas de forma virtual para evitar que el personal docente, administrativo y estudiantes padecieran durante horas el intenso tráfico vehicular en la ciudad.
De ese nivel es la afectación que provocan a la vida cotidiana de las y los cuernavacenses este tipo de bloqueos.
Lo que está de fondo en esta crisis es la pésima administración de los recursos públicos por parte del Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca, el SAPAC, que puntualmente cobra el servicio que presta a miles de familias en la capital de Morelos, pero no paga la energía eléctrica que utiliza para llevar el vital líquido desde los pozos hasta los domicilios de sus usuarios.
En estos bloqueos viales es común escuchar a los vecinos inconformes cuestionar qué hace el SAPAC con todo el dinero que recauda por la prestación de sus servicios que de plano no le alcanza para pagar sus insumos.
De acuerdo con las cifras del propio Ayuntamiento de Cuernavaca, a la fecha el adeudo histórico que el SAPAC mantiene con la CFE asciende a 298 millones de pesos.
Pero los cortes de energía eléctrica a 13 pozos de agua potable esta semana no fueron consecuencia de ese pasivo histórico, sino de la falta de pagos del suministro de energía eléctrica correspondientes a los meses de diciembre de 2022 y enero de 2023 que suman 9 millones de pesos.
Tras el corte masivo de energía eléctrica a los pozos y el caos en Cuernavaca provocado por los bloqueos, autoridades municipales buscaron una reunión con autoridades de la CFE para pedirles que les dejaran pagar los 9 millones de pesos en abonos.
Tres millones fueron pagados el miércoles y los seis millones restantes deberán ser cubiertos el 10 de febrero.
¿Pero por qué el SAPAC no pagó puntualmente la luz a la CFE en diciembre y enero?
El alcalde José Luis Urióstegui dijo que esto se debe a los compromisos laborales que el organismo debe enfrentar cada cierre de año: tres mes de aguinaldo a sus trabajadores más el pago de tres catorcenas.
Sin embargo, el prestigiado abogado insiste en responsabilizar por la crisis del agua potable a las administraciones municipales que le antecedieron.
Se le olvida al licenciado que hoy es él quien encabeza la administración. Se le olvida que durante su campaña política en busca de la alcaldía aseguraba tener todas las soluciones, principalmente a la crisis del agua potable de Cuernavaca. Hoy simplemente ha encontrado todas las excusas.
Mientras tanto, Cuernavaca padece las consecuencias de una pésima administración pública municipal.