El día de ayer, 11 de diciembre, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), declaró a la Talavera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Este reconocimiento es exclusivo para los artesanos de Tlaxcala y Puebla que se dedican a ello, así como para las localidades de Talavera de la Reina y El Puente del Arzobispo, en España.
¿Por qué se convierte en Patrimonio Cultural Inmaterial? Porque para lograr esta técnica se requiere de conocimientos que fueron transmitidos de generación en generación, pero que se mantuvieron constantes en una comunidad, la cual ha logrado conservar en lo mayor posible las tácticas originales de su creación.
La UNESCO reconoce todo el proceso de elaboración, desde la extracción de materias primas, preparación de material, decoración y cocción. Cada artesano se especializa en una etapa específica del proceso, o hay otros que lo realizan completo.
Esta importante técnica data desde la época prehispánica, la cual se ha ido desarrollando con las tecnologías que introdujeron los españoles a partir del siglo XVI. Fue durante el virreinato que comenzó a utilizarse sobre una loza blanca, pero fue hasta finales del siglo XIX que se le dio el nombre popular de Talavera, referente al poblado de Talavera de Reina, en España, donde se ha distinguido por varios año como una ciudad cúspide en su elaboración.