A través de un comunicado, la Secretaría de Salud del Gobierno de México recomendó no hacer uso de arcos o túneles sanitizantes, ya que no hay evidencia científica de su capacidad de combatir al COVID-19; al contrario, podrían traer más contagios.
Y es que la popularidad de estos sanitizadores se duplicó en la última semana después de que varios gobiernos estatales o municipales decidieran instalarlos como medida de prevención ante el coronavirus en puntos estratégicos de ciudades.
Sin embargo, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López – Gatell, profundizó sobre este tema en la conferencia vespertina, asegurando que este sistema podría ser ineficiente para inactivar el virus; por si fuera poco, la presión que emiten los aspersores pueden facilitar la dispersión del virus que podría tener la gente entre su ropa, cabello o pertenencias.
“Hasta la fecha no existe evidencia sobre la eficacia de esos sistemas para realizar una desinfección efectiva del virus SARS-CoV-2 causante del COVID-19”.
No solo eso es preocupante, también el contenido de la sustancia desinfectante podría causar “daños en vías respiratorias, tos, estornudos, ataques de asma, irritación de los bronquios, producir neumonitis química e irritación en piel, ojos y mucosa”, explicaron las autoridades de Salud.
¿Por qué hay riesgo de que la gente se contagie? De acuerdo con la explicación dada, si una persona infectada entra al túnel o arco, y está sacando constantemente el virus desde sus vías respiratorias, la presión del aerosol podría llevar esas partículas a las otras personas si la cantidad o calidad de sanitizante no es la adecuada.
“Si no hubiera un riesgo no hubiéramos dicho nada; solo hubiéramos dicho: ¨se está desperdiciando el dinero¨, pero sí tienen un riesgo”.