A lo largo de los años, la Iglesia ha sido foco de distintos escándalos y controversias, pero en México, ninguno se compara al que rodeó al líder y fundador de "Legionarios de Cristo", ¿cómo pasó este personaje de oficiar misas y acompañar a Juan Pablo II, a convertirse en uno de los hombres más odiados de la historia?
Nacido en Veracruz, en 1920, su influencia por el catolicismo venía prácticamente desde su nacimiento, su padre era cristero y su tío el obispo de dicha entidad. Es muy probable que Marcial Maciel aprendiera el Credo y el Padre Nuestro, antes que los propios estados de la república. Su vocación por Dios, estaba escrita.
Luego de recibir su orden sacerdotal, Maciel comenzó a oficiar misas y presidir bautizos. Para ese entonces, ya había fundado su propio grupo: "Legionarios de Cristo". Aunque en un inicio esta organización pasó desapercibida, en 1946 consiguió especial interés, cuando fue apadrinada por el mismísimo Papa Pío XII. Después de mucha insistencia, el padre Maciel logró el encuentro en el Vaticano y a partir de ese momento, "Legionarios de Cristo", se fortaleció en demasía.
Pasaron años, décadas. Algunos comenzaron a sospechar que la organización recibía dinero de manera ilícita, pero ese escándalo estaba lejos de equipararse a lo que se venía. En 1994, el padre Maciel, orgulloso, leyó una carta escrita por el recordado Juan Pablo II, en la que lo felicitaba por su labor. Apenas, tres años después, el propio Juan Pablo II era quien recibía la carta, pero esta vez, con información muy distante a sus elogios.
"El padre abusó de mí, y de cientos de jóvenes y niños", relataba el documento, en el que se exhibían los terribles crímenes que había cometido Marcial Maciel durante décadas, todos sin castigo. El padre Maciel les decía a sus víctimas que estaba enfermo y luego les explicaba el "extraño" método para curarlo. Los detalles salen sobrando.
La Iglesia mantuvo en discreción el tema, mientras se llevaban a cabo las investigaciones. El tiempo subsecuente, la noticia terminó por difundirse, aunque en 2005, el Papa Juan Pablo II falleció sin obtener conclusiones del caso. Al momento, lo único que se había hecho, era separar de sus funciones al padre Maciel.
Luego, cuando Benedicto XVI asumió el papado, ordenó agrupar todos los testimonios, sin embargo, esto ya no sirvió de mucho, porque el propio papa consideró que por la edad avanzada de Maciel, el único castigo del sacerdote sería tener un final de vida dedicado a la oración y lejos de la organización. Sí, ese fue su único castigo. El padre Maciel falleció 30 de enero del 2008, a los 87 años, y luego de autoexiliarse en Estados Unidos.
Un año, después, se descubrió que Marcial Maciel, además de ser un abusador, era un adicto a los fármacos, plagiador de obras literarias, y por si fuera poco, había tenido 3 hijos. Al momento, los Legionarios de Cristo todavía existen, y lo único que dijeron sobre el tema, fue a través de un comunicado: "hemos ido conociendo progresivamente, con sorpresa y con gran dolor, aspectos ocultos de la vida del padre Maciel". Después de ese documento, el caso se cerró.
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