El parque Melchor Ocampo fue nido de viciosos y cueva de ladrones, pero desde hace dos años que estamos trabajando en él lo estamos volviendo un lugar de convivencia, salud y cultura al que llegan parejas y familias con niños a divertirse y aprender; lograremos que sea uno de los atractivos turísticos de Cuernavaca, dijo Manuel Torres Incháurregui, fundador y presidente de la asociación civil Jardín del Arte Melchor Ocampo.
En este lugar público porfiriano, ciudadanos organizados pretenden fundar la primera escuela de artes y oficio al aire libre en Cuernavaca.
Lo mandó a hacer Porfirio Díaz
Según el cronista Víctor Cinta Flores, el parque lo inauguró Porfirio Díaz, el 11 de diciembre de 1897 y fue construido en el marco de los festejos por la llegada del ferrocarril a Cuauhnáhuac el primero del mismo mes.
Durante la administración de Vicente Estrada Cajigal como gobernador del estado en 1934, se puso en funcionamiento un rudimentario zoológico y una alberca con vestidores y se le cambió el nombre por el de “Parque Emiliano Zapata”.
En el texto de una columna a la entrada del parque se puede leer que en la época de los años treinta hubo un pequeño zoológico donde había un ejemplar de un águila real capturada en Amayuca. “Malcolm Lowry, en su novela Bajo el Volcán, hace referencia al águila y a una fábrica de cerveza y de hielo que estaban a la orilla del parque y del hotel Casino de la Selva.
Aún en estos años el lugar era hermoso, había árboles, plantas y fauna endémicay brotaban los más ricos manantiales que surtían de agua a todo Cuauhnáhuac y que desaparecieron porque Eugenio J. Cañas mandó dinamitar para abrir el pozo de “El Túnel”.
Víctor Cinta apunta en su libro De los Callejones a las Agresiones que según un decreto de expropiación y otro de donación fechado en 1895, la superficie original del parque Melchor Ocampo era de 131 mil 947 metros cuadrados y la de la estación del ferrocarril de 220 mil, pero quedó reducida a 65 mil 776 metros cuadrados: menos de la mitad de la superficie original producto de venta ilegal, invasiones y raterías con el aval de las autoridades municipales.
De lugar de paz a zona peligrosa
La mancha urbana fue arrinconando al parque y el descuido de las autoridades municipales terminaron por confinarlo, pero un grupo de ciudadanos vecinos del lugar lo están rescatando.
Localizado entre la avenida Plan de Ayala y Leandro Valle, en el barrio de Gualupita, desde hace más de diez años se han recibido reportes de asaltos.
Muchos pasajeros que llegaban de otras ciudades a la terminal de autobuses Pullman de Morelos La Selva reportaban que grupos de dos o tres personas los amagaban con cuchillos o pistolas y les quitaban sus pertenecías, esto ocurría por la tarde-noche, pero antela falta de atención de las autoridades los asaltos se suscitaban a plena luz del día, señaló María de la Luz, que trabaja en el Distrito Federal y vive en el barrio Gualupita.
Otro de losproblemas eran los actos vandálicos de los turistas que venían de la Ciudad de México a Cuernavaca a las famosas fiestas “rave” (reuniones con música electrónica y consumo de drogas sintéticas, que duran más de 24 horas y que estuvieron muy de moda hace más de una década). Acababa el convite en la madrugada y los chavos se iban a la terminal de los Pullman de La Selva y asaltaban o pedían dinero para completar para su pasaje y regresar al Distrito Federal.
En uno de sus ramales el parque comunica con el Mercado Adolfo López Mateos y durante mucho tiempo los asaltantes que operan allí escapaban por esa vía eiban a contar y repartir ganancias dentro del parque porque estaba oscuro, solo, sin vigilancia.
El 3 de marzo de este año, la reportera de Conurbados Magda García dio a conocer que vecinos del Barrio de Gualupita externaron su descontento por la falta de vigilancia, mantenimiento y seguridad en las inmediaciones del parque Melchor Ocampo.Denunciaron que 12 y 15 hombres mayores de 30 años que pernoctan en el mencionado parque, piden y a veces exigen dinero a los pobladores para drogarse y alcoholizarse, y aunque han dado aviso sobre esto al delegado de la Benito Juárez, Jesús Peralta, éste no hace nada.
En aquella ocasión, la señora Patricia Gómez,residente de la zona, explicó que los sujetos portabancuchillos y desarmadores para amagar a los que visitan el parque y biblioteca o a quienes cruzan para ir a las escuelas.
“Agarran estas áreas para dormir, para andar encuerados tanto aquí como en la plaza María Bonita, lavan la ropa dentro de la fuente, se están bañando ahí dentro hacen sus necesidades”, afirmó.
Los habitantes del área dijeron que han avisado a la autoridad que manden apoyo, pues hay un sector policiaco al costado del parque, pero los elementos hacen caso omiso de las solicitudes.
Se organizan para salvar sus espacios
Manuel Torres Incháurregui reconoció que esta zona del parque era verdaderamente peligrosa, pero que un grupo de vecinos se dieron a la tarea de organizarse para recuperar ese espacio oscuro y descuidado que había tomado para sí la delincuencia.
Desde hace un poco más de dos años, las cosas han cambiado porque al menos dentro del parque ya no se ven los grupos de bebedores ni hemos tenido reportes de asaltos. Al menos los fines de semana, que se instala el Jardín del Arte y todas las actividades que se realizan a la par, hay seguridad para las familias y en general todas las personas que asisten: desde niños hasta adultos mayores, expuso Angie González Sotelo, integrante de la asociación civil.
Según relata Manuel Torres,primero fueron dos o tres o tres interesados en hacer trabajos dentro del parque y posteriormente ya se incorporaron otras personas para el recate de este espacio.
Artesanos y artistas, profesores, amas de casa formaron Jardín del Arte Melchor Ocampo, A. C., y se dieron a la tarea de limpiar los espacios externos como los andadores, además se restableció la energía eléctrica para los eventos y también consiguieron pintura para las bancas, jardineras y andadores. Se están restableciendo las tuberías y se está saneando parte de la barranca que se encuentra cerca del parque.
El sábado 30 de noviembre de 2013 se inauguró formalmente el Jardín del Arte Melchor Ocampo, un espacio en que se compra y vende productos naturistas o veganos, se expone y se vende artesanías, pinturas, se da masajes, se dan clases de pintura y de idiomas.
En la actualidad, se han logrado reunir hasta 60 personas,entre expositores, vendedores y público asistentes, aunque hay lugar hasta para 200 individuos.
Los sábados de cada quince días,de 10 de la mañana a 4 de la tarde, hay actividades del jardín del arte: exposición y venta de artesanías, artes plásticas, pinturas, talleres, terapias, venta de productos naturistas, conciertos, pláticas y conferencias.
Los integrantes de la asociación civil se han aliado con otros grupos de otras colonias y municipios y han dado conciertos, conferencias, talleres, y a su vez elloshan ido a dar pláticas, conciertos, consultas o terapias a diferentes comunidades.
Cada último domingo de mes,tienen la “Feria de adopciones y esterilizaciones”, éstas últimas son muy económicas y llega mucha gente a esterilizar a sus perros y gatos. Hay una clínica veterinaria móvil de una asociación que esteriliza por 50 pesos a gatos y 100 pesos por perro.
También instalan la “Gratifería” en la cual las personas llevan artículos y prendas en buen estado que ya no usan para obsequiarlos a quienes lo necesiten.
Flora y fauna endémicas
El parque es un pulmón en medio de la ciudad. Hay un microclima con flora y fauna endémica, agua de manantial, en una zona habitada por cerca de 500 familias.
Hay siete escuelas de educación básica,dos iglesias y está a un lado de una de las avenidas más importantes de Cuernavaca, que es Plan de Ayala, en medio de dos zonas económicas fundamentales como patios de la estación y el mercado principal del estado; y contiguo a la terminal de camiones Pullman de Morelos, La Selva.
“Creo que no debemos esperar a que la autoridad solucione nuestros problemas; ellos tienen una responsabilidad, pero si no lo solucionan, nosotros también tenemos una responsabilidad social con nuestras familiares y nuestros vecinos y con nuestra comunidad o barrio, y eso es justamente lo que estamos haciendo nosotros: no atenernos”, dijo Manuel Torres.
En cuanto a la seguridad, no se trata nada más de que la policía vaya y corra a los delincuentes o que se den rondines, es necesario que en ese lugar se desarrollen actividades culturales, de salud; que la gente ocupe el lugar que le pertenece, que vuelva a ese sitio y lo recupere, que lo haga suyo, manifestó Angie González.
Queremos que el parque Melchor Ocampo sea uno de los atractivos más de Cuernavaca, que albergue una escuela de artes y oficio al aire libre, expresaron Angie y Manuel.
Invitaron a la gente a que asista, que si tiene algo que dar o vender o intercambiar o si quieren disfrutar de un espacio de convivencia al aire libre asistan al parque porque será bienvenido: niñas y niños, jóvenes, adultos, personas de la tercera edad, personas con discapacidad, personas que quieren pasear a sus perros y gatos, porque ese espacio es el único que acepta a sus mascotas para que los paseen, dijeron.
Artículo de: http://conurbados.com/2015/parque-melchor-ocampo-de-nido-de-delincuentes-a-jardin-del-arte/