El escándalo que ha provocado una noche de juerga y desaparición del Obispo Emérito de Chilpancingo, Salvador Rangel, revela que el Fiscal de Morelos, Uriel Carmona, trabaja al capricho y las órdenes de poderosos, porque de esa forma ha mantenido su poder y expandido el de su familia. Quienes por proteger a sus "amigos" son capaces de asegurar que una joven asesinada en la CDMX, murió por una brocoaspiración derivado de una ingesta alcohólica.
Su pleitecia a los grupos de poder no tiene límites, aferrarse al cargo es lo único en lo que ha dado resultados, porque ni investiga, ni detiene a los delincuentes, su apresurada declaración donde aseguraba qué el Obispo había sido víctima de un secuestro, en realidad, se trató de un favor que le hizo a la cúpula de la Iglesia Católica para tapar lo que en realidad había ocurrido, un jerarca católico que un día antes de celebrar su cumpleaños, se fue de fiesta y celebró en un cuarto de hotel con un hombre, quien lo robó.
Sin embargo, en su búsqueda se emplearon todos los recursos disponibles del Estado, cosa que no ocurre con las decenas de niñas y niños que desaparecen todos los días, pero a diferencia de los jóvenes pobres, a quienes los poderosos critican diciendo "se fue con el novio", con el Obispo callan y hasta justifican como víctima, una noche de juerga.
Derivado de ese episodio también se descubrió que el Obispo había consumido viagra y cocaína, para la iglesia católica es más fácil negar que reconocer, que sus sacerdotes tienen errores algunos de ellos como el del Obispo Salvador Ragel, simples escándalos por su doble moral e hipocresía, otros graves porque implica el abuso de menores, como el de un catecista que operaba desde las parroquias de Morelos, para amenazar a menores y fotografiarlos.
La necesidad de que el Fiscal sea depuesto es cada vez más apremiante, la candidata a la Presidencia Claudia Sheinbaum, ha sido enfática en ese punto, hace falta ver la misma contundencia de los candidatos locales a diputados, porque hasta el momento dicen que ese tema para ellos no ha sido discutido, ni acordado, lo que pone en alerta que podrían al igual que la actual legislatura encubrir al Fiscal y permitirle su permanencia en el cargo.
Por Pedro Tonantzin.
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