Ante la creciente ola de violencia que azota a Guerrero debido a los diversos enfrentamientos entre grupos delictivos que pelean el territorio, los 3 Semefos estatales se reportaron saturados, por lo que se tuvo que buscar espacio para poder poner los cuerpos de las personas que hasta el momento, no han sido reclamadas por sus familiares.
Se conoce que la capacidad total entre los Semefos de Acapulco, Chilpancingo e Iguala era de 270 cuerpos, pero hasta febrero de este año, se reportaron 750, triplicando el número. Aunado a esto, los trabajadores informaron que los nuevos protocolos para la identificación son más laboriosos, además de que hace falta personal.
Ante esta problemática, el gobierno adquirió una parte de un cementerio particular en Chilpancingo para convertirlo en el Cementerio Forense. Una vez que se tiene el expediente completo del fallecido, es trasladado a una bóveda hasta esperar que algún familiar lo reclame, controlando la capacidad en el estado.
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