El sexenio de Felipe Calderón, ex presidente de México, será recordado por la famosa guerra contra el narcotráfico, donde se registraron un gran número de enfrentamientos entre grupos delictivos y el ejército de México.
En dichos enfrentamientos se logró decomisar un gran número de armas de fuego y estupefacientes, al igual que detenciones de integrantes del crimen organizado.
Este es el caso de Sebastián (a quien llamaremos así por cuestiones de seguridad); él fue parte del Cártel de los Zetas, organización terrorista que ha sido considerada una de las más poderosas y sanguinarias de México.
Su labor dentro de la organización delictiva era la distribución y venta de armas y droga, además de ser jefe de plaza del Cártel de los Zetas en el Estado de Hidalgo.
Sebastián fue detenido en el año 2009 en Pachuca, Hidalgo, cuando transitaba en su vehículo por una de las carreteras principales de dicha demarcación, acompañado de uno de sus trabajadores.
Un retén de la Policía Federal le marcó el alto para una inspección, ya que en ese entonces, el Estado pasaba por uno de los momentos más difíciles en tema de seguridad.
En su camioneta llevaba armas cortas y largas, además de mercancía (mariguana y cocaína), él sabía que sería detenido, pero tenía la esperanza de poder extorsionar a los federales para conseguir su libertad, sin embargo, no contaba con que a su acompañante, un menor de edad, le ganarían los nervios por la situación y lo acabaría traicionando.
Los elementos se acercaron a Sebastián para preguntarle a dónde se dirigía pero al notar la actitud sospechosa del joven, le pidieron al menor que bajara de la camioneta para hacerle una serie de preguntas.
No bastó de mucho tiempo para que el adolescente revelara quien era la persona que se encontraba al interior del vehículo y lo que transportaba en el mismo, por lo que de inmediato los uniformados le pidieron al criminal que descendiera de la camioneta, siendo sometido y subido a una de las patrullas.
Durante el trayecto a las instalaciones de la Policía Federal, se le cuestionaba al integrante de los Zetas si era la persona que había señalado su acompañante, a lo que el negaba ser dicho sujeto, a pesar de que le habían decomisado armas y droga.
Los federales tenían en sus manos a una de la piezas claves del Cártel de los Zetas en dicho municipio, sin embargo, aún tenían que confirmar la información que el joven les había dado.
Sebastián fue procesado y recluido en el CERESO de Pachuca, pero con lo que él no contaba es que constantemente recibiría visitas por parte de las autoridades, para que diera datos sobre diversos integrantes del cártel.
Sebastián se negó a dar información sobre la organización, motivo suficiente para que los agentes decidieran realizarle diversos actos de tortura.
Pasó de estar en su celda a ser instalado en un cuarto oscuro y sucio, un sitio desagradable y con olores fétidos que provocaban náuseas.
Aquel cuarto sería testigo de todas las prácticas violatorias que se llevarían a cabo en contra de Sebastián, esto sólo para conseguir información que dieran con el paradero de varios criminales que eran buscados por la justicia.
“La tortura que se me aplicó fue de menos a más, primero eran golpizas a mano limpia, después, usaban objetos como tubos o bates, pero eso no fue lo peor, sabía que me esperaban cosas más cañonas si no hablaba”, expresó.
Al no obtenerse resultados satisfactorios, se tomó la decisión de aplicarle castigos más duros, como ser sumergido en un tambo de agua y recibir descargas eléctricas en diversas zonas de su cuerpo.
Semanas después, Sebastián fue regresado a su celda, logrando así tener contacto con los demás reos y haciéndose de contactos rápidamente, ya que prácticamente el Cereso de Pachuca estaba controlado por el Cártel de los Zetas.
En poco tiempo obtuvo poder en dicho penal, volviéndose prácticamente intocable pero su suerte cambiaría el día que se le notificó que sería trasladado a la Colonia Penal Federal Islas Marías, ubicada en las Islas Marías frente a las costas de Nayarit.
Habían pasado aproximadamente tres años desde su detención, el criminal se consolidó entre los internos del CERESO de Pachuca, sin embargo, ahora tendría que empezar desde cero en Las Islas Marías.
A mediados del año 2012, el ex integrante de Los Zetas fue trasladado a dicha colonia penal donde eran enviados los peores criminales, los presos no afines al gobierno o que habían luchado en contra del Estado.
“En ese lugar había gente de diferentes cárteles del país, las colonias estaban divididas por organización criminal, ahí quienes gobernaban eran los de Sinaloa”, dijo.
En ese tiempo, los cárteles de Sinaloa y Zetas seguían manteniendo una guerra entre ellos, así que el ambiente en Las Islas Marías era algo similar.
Sebastián tendría que sobrevivir de alguna u otra manera, para ello, evitaría en todo momento cruzarse con los de Sinaloa.
“aquí llegas y ya saben quien eres, el porque estás ahí y que hiciste estando fuera”, explicó.
Al ser un número de Zetas menor, tenían que mantener un bajo perfil, evitar conflictos que pudieran generar alguna riña y más por el tema de las familias, ya que existían reclusos que tenían a sus esposas e hijos en la isla.
En los cincos años que pasó en Las Islas Marías, presenció varios motines, hubo noches donde no dormía por miedo a ser asesinado, las confrontaciones que se generaban con otras organizaciones criminales generaron que no se pudiera vivir en paz.
A inicios de 2017, nuevamente a Sebastián se le notificó que sería enviado a otro reclusorio, una nueva celda lo esperaba en el CEFERESO No. 15 de Villa Comaltitlán, Estado de Chiapas.
Durante los ocho años que había pasado en distintos penales, Sebastián apeló a su libertad, esto a pesar de ser integrante del Cártel de los Zetas.
“Pasé un año buscando mi libertad, fueron muchos trámites y varios procesos que no entendía, tuve que solicitar apoyo de mis familiares para agilizar mi situación, dar información de dónde podría llegar si se me concedía la libertad condicional”, detalló.
En el 2018, el ex integrante de los zeta logró su libertad y en entrevista exclusiva con 24 Morelos se le cuestionó si volvería a permanecer a algún grupo criminal, a lo que respondió:
“¿Volver a las andadas?, no lo creo, lo que viví en la cárcel me ayudó a comprender cosas que antes no entendía, prefiero vivir en paz que estar cuidándome”.
Cabe resaltar que el Cártel de los Zetas fue fundado en el año 1999 por Osiel Cárdenas Guillén, esto con el objetivo de reclutar a ex militares para crear un brazo armado para el Cártel del Golfo.
Los Zetas operaban principalmente en Tamaulipas, sin embargo, extendieron su actividad a Nuevo León y Coahuila, para posteriormente expandirse a demás Estados.
Entre sus actividades delictivas resalta el presunto asesinato de Valentín Elizalde, cantante grupero, de igual manera fueron señalados por liberar a cientos de reos de diversos reclusorios, asesinatos de oficiales, militares y migrantes.
Además, se les atribuye el atentado terrorista que se realizó en el Casino Royale ubicado en Monterrey, donde perdieron la vida 52 personas y 10 más heridas.