El doble homicidio ocurrido el miércoles pasado en Plaza “Artz”, en la Ciudad de México, pasó de ser un crimen pasional a una guerra del crimen organizado entre israelís y mexicanos, al menos así lo indica una de las líneas de investigación de la Fiscalía General de la República (FGR)
Y es que, según las declaraciones de la mujer que disparó contra Benjamín Yeshurun Sutchi y Alon Azulay, criminales de origen israelí, fue contratada para cometer el acto al lado de personas provenientes de Jalisco, mismas que podrían pertenecer a algún cartel mexicano.
Esperanza “N”, la homicida, es del sur de la Ciudad de México y cobraba 5 mil pesos por cada víctima. Indicó también que fueron aproximadamente 7 personas las involucradas en el acto, quienes a sus objetivos en una situación vulnerable para hacer el trabajo más sencillo. Al parecer harían un negocio de intercambio en armas de grueso calibre.
A Benjamín y Alon se les relaciona en negocios con la mafia mexicana de los Beltrán Leyva, y desde el 2001 estaban encargados de la venta de droga a menudeo en la zona de Polanco y Santa Fé.
Otra línea de investigación arroja que solo fue un ajuste de cuentas entre bandas israelís, pues Benjamín habría delatado a su compatriota Erez Akrishevsky, uno de los criminales más buscados por su país, quien fue capturado en Cancún la semana pasada y extraditado.
La Fiscalía General de la República (FGR) continúa con el caso.