Frondosos y de flores amarillas forman bellos tapetes en el suelo de Cuernavaca, el guayacán resulta ser además de hermoso, un ingrediente gastronómico para quienes gustan de experimentar en la cocina mexicana, dice la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Este árbol es originario de México y Sudamérica hasta Ecuador, llega a medir hasta 20 metros de altura y sus flores amarillas son “bisexuales” y tubulares que crecen en racimos en la punta de las ramas.
Entre sus características, tiene un fruto que es recubierto por una “vaina” larga de 35 centímetros que llega a contener hasta 200 semillas pequeñas, aplanadas y con “alas”. Sus flores son usadas para preparar atole, tamales y tortitas con huevo o como una sopa.
Sí, así como lo lees.
El guayacán es capaz de florecer junto a otros, son tan importantes en el ecosistema ya que son polinizados por abejorros, abejas, avispas y colibríes, así que si estas cerca de uno no te sorprendas si llegas a ver alguna de estas especies que cada vez son menos frecuentes en la naturaleza, principalmente en las urbes.
Los árboles que podemos encontrar en calles y avenidas de Cuernavaca y que florecen con la primavera, tienen una madera tan resistente a especies invasoras como las termitas e incluso a líquidos como la sal. Produciéndose con ellos muebles, pisos, artesanías y herramientas.
