Un descubrimiento sin precedentes ha sorprendido a la comunidad científica: por primera vez, se ha identificado escarcha de agua en la cima de algunos de los mayores volcanes en la región ecuatorial de Marte. Este hallazgo, revelado en un reciente estudio publicado en Nature Geoscience, desafía las ideas tradicionales sobre el clima del planeta rojo.
El colosal Olympus Mons, el volcán más grande del sistema solar, es uno de los cuatro volcanes donde se han detectado estos depósitos de hielo. A pesar de las expectativas de un Marte seco y frío, la presencia de escarcha de agua en sus calderas revela nuevas dinámicas climáticas.
El equipo de investigación, encabezado por Adomas Valantinas, investigador postdoctoral en la Universidad de Brown, realizó este descubrimiento durante su doctorado en la Universidad de Berna, Suiza. Las observaciones fueron posibles gracias a las imágenes obtenidas por las sondas que orbitan Marte.
Los científicos encontraron que la escarcha se forma en las primeras horas de la mañana en las calderas de Olympus Mons, Arsia Mons, Ascraeus Mons, y Ceraunius Tholus.
"la escarcha aparece en el suelo de la caldera y, en menor medida, en su borde. Hemos confirmado que se trata de hielo, probablemente de agua”, destacó Valantinas
Las calderas volcánicas, que pueden alcanzar diámetros de hasta 121 kilómetros, generan microclimas favorables para la formación de esta escarcha. Aunque el depósito es extremadamente delgado, con solo una centésima de milímetro de espesor, su amplia cobertura se traduce en unas 150,000 toneladas métricas de agua, equivalentes a 60 piscinas olímpicas.
El equipo revisó aproximadamente 5,000 imágenes del Sistema de Imágenes en Color y Estereoscópicas de Superficies (CaSSIS) de la Universidad de Berna, un avanzado dispositivo del ExoMars Trace Gas Orbiter, una misión conjunta de la Agencia Espacial Europea (ESA) y Roscosmos. Valantinas comentó, “Este es el primer gran descubrimiento derivado del CaSSIS, lo cual es sumamente emocionante”.
A pesar del hallazgo, la posibilidad de que futuros astronautas cosechen esta escarcha es mínima. Valantinas aclaró, “Aunque el depósito es extenso, su delgadez y naturaleza efímera – presente solo durante la noche y al amanecer antes de sublimarse – lo hace difícil de aprovechar”.
