Pablo Castro Zavala, presidente de la Confederación Internacional de Migrantes Morelenses, dijo que derivado de la emergencia sanitaria por COVID-19, los cuerpos de migrantes morelenses no pueden ser repatriados a sus lugares de origen, pese a no haber muerto por el virus.
Relató el caso de Rosendo, un Morelense que radicaba en California, y quien murió a causa de un infarto hace poco más de un mes.
Sin embargo, a causa de los protocolos establecidos para evitar la propagación del virus, se estableció que todo cuerpo de personas fallecidas deberá ser incinerado.
“Este caso es el primero donde se tuvieron que seguir los protocolos muy específicos; Rosendo no murió por COVID, sino por un infarto pero aún así no se pudo repatriar el cuerpo por las medidas dictadas en los Estados Unidos”, dijo Castro Zavala.
Refirió que durante los siguientes meses este protocolo estará vigente, por lo que si otro Morelense llegará a fallecer, el proceso de incineración será aplicado.