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Astronautas de la EEI se Refugian en Cápsulas por la Ruptura de Satélite Ruso

A pesar del incidente, la tripulación de la EEI ha retomado sus actividades normales.

Imagen del Starliner el 19 de junio de 2024 (NASA/Europa Press)

Los nueve tripulantes de la Estación Espacial Internacional (EEI) debieron refugiarse en sus cápsulas de emergencia durante aproximadamente una hora después de que un satélite ruso fuera de servicio se rompiera en más de 100 fragmentos en órbita.

El satélite en cuestión, un RESURS-P1 de observación de la Tierra, había sido declarado inoperativo por Rusia en 2022. La ruptura se produjo a una altitud de unos 355 kilómetros, en una órbita terrestre baja, una región concurrida por miles de satélites, incluidos los de la red Starlink de SpaceX y la estación espacial china con tres astronautas a bordo.

La NASA informó que el Mando Espacial de Estados Unidos, encargado de rastrear el enjambre de escombros, confirmó que no había amenaza inmediata para otros satélites.

No obstante, la proximidad de los escombros a la EEI provocó que los astronautas estadounidenses a bordo se refugiaran en sus cápsulas de emergencia como medida de precaución.

“La seguridad de la tripulación es nuestra prioridad. Aunque no hubo amenaza inmediata para la estación, seguimos los procedimientos estándar para proteger a nuestros astronautas”.

Indicó la oficina de la EEI de la NASA. El refugio en las cápsulas duró cerca de una hora hasta que el Control de la Misión evaluó que era seguro regresar a las operaciones normales.

Según LeoLabs, una empresa que monitorea la basura espacial, la nube de escombros generada por la ruptura del satélite se mantendrá en órbita baja durante semanas o meses, prolongando el riesgo de colisiones.

Este tipo de incidentes contribuye al problema creciente de la basura espacial, que actualmente incluye alrededor de 25,000 fragmentos de más de 10 centímetros en órbita. La acumulación de escombros aumenta el riesgo de un “efecto Kessler”, un fenómeno en el que las colisiones pueden desencadenar una cascada de desechos, incrementando exponencialmente los peligros de colisiones futuras.

“El Control de la Misión ha continuado monitoreando el trayecto de los escombros, y tras determinar que no había peligro inmediato, se permitió a la tripulación salir de sus naves y la estación volvió a sus operaciones habituales,” señaló la NASA.

Este evento no ha afectado los preparativos para la próxima caminata espacial, prevista para la próxima semana.

Los astronautas continúan con sus labores, incluyendo la reconstrucción de equipos avanzados de plomería y la reparación de hardware científico y de video.

Miembros de la tripulación de vuelo de prueba de Boeing de la NASA, Butch Wilmore (L) y Suni Williams (EFE/CRISTÓBAL HERRERA-ULASHKEVICH)

 

(Con información de Reuters y EFE)

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