El ex presidente de México, ENRIQUE PEÑA NIETO dijo, en alguna ocasión que “la CULTURA DE LA CORRUPCIÓN es INHERENTE al mexicano, que es GÉNETICO, INTRÍNSECO a la conducta de las personas”.
El comentario le valió al ex mandatario una serie de ATAQUES y COMENTARIOS, al considerar su DECLARACIÓN OFENSIVA.
Pero lo que no podemos negar, es que en efecto, se trata de algo genético pero que no nos engloba a TODOS, sino solo a la CLASE POLÍTICA.
El claro ejemplo que nos dejó ver que entre la clase política “todos los leones son de la misma condición”, fue el trabajo realizado por el Comité Internacional de Periodismo de Investigación, con el PANDORA PAPERS.
3 mil expedientes fueron filtrados para revelar casos de EVASIÓN FISCAL, de los cuales 330 son políticos a NIVEL MUNDIAL, no quedando excluidos los de la 4T.
Los PandoraPapers revelaron que algunas de las personas más ricas de MÉXICO y EL MUNDO están ocultando miles de MILLONES DE DÓLARES en los famosos PARAÍSOS FISCALES.
Y es a través de esquemas OFFSHORE permiten esconder activos de las autoridades fiscales, investigadores CRIMINALES, acreedores y el público en general.
Los más de 11 millones de ARCHIVOS FILTRADOS incluyen los nombres de 3 mil mexicanos, entre ellos funcionarios allegados al Presidente Andrés Manuel López Obrador como MANUEL BARTLET, director de la CFE; Jorge Arganis, secretario de Comunicaciones y Transportes; JULIO SCHERER, ex consejero jurídico del GOBIERNO FEDERAL, entre otros.
Si bien, no en todos los casos expuestos en los Pandora Papers se trata de actos ilegales, lo que sí ocurre es un común denominador, todos buscan proteger sus BIENES y SUS LUJOS, y es ahí donde surge la pregunta ¿todo lo obtenido, es decir los bienes muebles e inmuebles son con dinero lícito?
Pero la evasión fiscal es lo más importante aquí, ya que en México se pierden al año, 182 mil millones de pesos por la evasión fiscal internacional; significando un 24.5 por ciento del presupuesto destinado a salud.
Imagínese lo valioso que es este dinero, al estarse librando una pandemia por la COVID-19.
Traducido a cifras, México saltó seis lugares en el Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2020 de Transparencia Internacional, con lo que se ubicó en el puesto 124 entre 180 países, cuando en la anterior edición estaba en el sitio 130.
Así, en el segundo año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, México mejoró en este RANKING MUNDIAL, aunque sigue siendo el país peor evaluado entre los 37 integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), así como el penúltimo entre las naciones que conforman el G-20, solo después de Rusia, así lo expuso Ariadna Ortega, en su nota publicada en Expansión Política.
Ahora bien, recientemente conocimos de los señalamientos contra 31 investigadores sobre presuntas anomalías en el manejo de recursos del CONACyT; los fondos fueron eliminados por considerarse que eran un lujo, y los acusados fueron llevados a la palestra, e incluso algunos ya acudieron a declarar ante las autoridades competentes.
Entonces, los mexicanos ¿Sí somos corruptos por naturaleza?
La pregunta seguramente tendrá discrepancias, pero lo importante aquí es que han sido exhibidos aquellos 3 mil mexicanos que sí lo son y necesitamos saber qué va a pasar con ellos.
En ambos casos, tanto en los Pandora Papers como con la COMUNIDAD CIENTÍFICA se necesita una investigación exhaustiva y se lleve ante la ley a los acusados para que se sancionen.
El problema no es saber si somos corruptos o no, sino que se combata sin importar quienes la están cometiendo.
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