La física y la química influyen en el sabor del café
¿Has sentido que el café no te sabe igual cuando lo preparas tú mismo a que si lo compras en una cafetería?
La respuesta puede ser simple: sólo percepción. O que realmente existen factores físicos y químicos que pueden hacer esto posible.
De acuerdo a investigadores de la Universidad Autónoma de México (UNAM), el café “casero” llega a tener un sabor diferente al café de “cafetería”, y esto parece no tener una explicación creíble si consideras que el agua es la misma, la marca del café, la leche y el azúcar, pero existen diferencias en cuanto a la máquina en la que se prepara y la experiencia del personal encargado de prepararlo.
“La proporción agua-café es otro factor relevante. Moler más fino el grano altera el tiempo de preparación, ya que el agua filtra más lentamente. Ajustar la proporción agua-café, utilizando menos café, disminuye el tiempo de preparación”, dice la UNAM.
También son factores la química del agua, el tamaño de la partícula al moler el grano y la frescura del café.
“La acidez del agua es fundamental en la preparación del café. El uso de agua blanda, con bajas concentraciones de iones de calcio y bicarbonato, resulta en un café muy ácido. Por otro lado, el agua dura, rica en calcio y bicarbonato, produce una taza de café blanquecina, debido a la neutralización de los ácidos del café por el bicarbonato. Idealmente, se debería utilizar un agua con una química intermedia, aunque es complicado determinar las concentraciones de bicarbonato en el agua doméstica", finaliza la máxima casa de estudios universitarios del país.
Todo esto nos da la respuesta que buscamos cuando le damos un sorbo al café de la cafetería y decimos "¿por qué el de mi casa no me sabe igual?".