Era 2009 cuando, al localizar sin vida los cuerpos de dos luchadores mexicanos, se destapó una red de mujeres que tomaban como víctimas a hombres que buscaban compañía íntima. Esto marcó uno de los momentos más impactantes de la historia criminal mexicana que hasta el día de hoy se repite. Hablemos sobre "Las Goteras".
El primero de julio de 2009, la comunidad de la Lucha Libre estuvo de luto tras la confirmación del deceso de dos destacados luchadores de la categoría mini y gemelos: Alberto y Alejandro Pérez Jiménez, mejor conocidos como "La Parkita" y "Espectrito Jr.".
Las autoridades comunicaron que los individuos fueron encontrados en la habitación 52 del hotel “Moderno” en la calle Incas número 9 del barrio de La Lagunilla en la Ciudad de México, en una céntrica zona rodeada de bares, cantinas y donde se sabía que acudían mujeres dedicadas a la vida nocturna.
Se informó que el fallecimiento se dio tras haber consumido sustancias sedantes en una dosis excesiva y suministradas por dos mujeres con la intención de hacer que perdieran el conocimiento para hurtar sus pertenencias. La dosis administrada acabó con la vida de estas figuras.
La noticia de su partida se hizo pública en medios de comunicación pues, a su vez, reveló el modus operandi de toda una red criminal conocida como “Las Goteras”, quienes se ganaron su nombre al suministrar y hacer que sus clientes perdieran la conciencia con dos sustancias oftálmicas vertidas en sus bebidas.
Fue el caso de estos dos luchadores, pues en una reconstrucción de los sucesos, se indica que, un día antes de encontrar sus cuerpos, se les observó bebiendo en un bar llamado “La Nueva Revancha” y al salir se encontraron con Estela González Calva, "La Tía", y María de los Ángeles Sánchez Rueda, "La Gorda", quienes los llevaron a aquel hotel.
Según las declaraciones de "La Tía", además de no tener dinero, en el hotel los luchadores las empezaron a agredir verbalmente. Ella se puso de acuerdo con la recepcionista del hotel para no pagar la habitación porque sabía que sus clientes no tenían dinero y la finalidad de llevarlos al hotel era robarles sus celulares, por eso se encargó de agregar las gotas en las latas de cerveza.
Después de lograr su cometido, salieron de la habitación e indicaron al personal del hotel “Los caballeros se quedan a reposar” y se fueron del lugar.
Un día después, cuando los trabajadores del establecimiento perdieron la pista de sus inquilinos, decidieron entrar a la habitación y fue así como encontraron a los luchadores sin signos vitales. Habían sido "Las Goteras".
Gracias a retratos hablados y tras un operativo de hasta 160 elementos policiacos, la Procuraduría General de Justicia capitalina presentó el 21 de julio a Estela González Calva y el 12 de agosto a Ángeles Sánchez Rueda.
Ambas mujeres fueron condenadas a 47 años de prisión y al pago de 43 mil pesos.
Este modo de operar no eran nada nuevo, pues desde 1997 hay registros de casos similares, incluso en 2008, la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal detuvo a 11 miembros de ese grupo delictivo, incluido su líder, David Avendaño Ballina, alias "El Hamburguesa", a quienes se les adjudicaron más de 70 crímenes.
Tras esta tragedia, se dio a conocer que las gotas con ciclopentolato son un medicamento controlado capaz de dormir hombres adultos por entre diez y doce horas. De combinarse con alcohol, puede haber reacciones peligrosas. Así lo hacían (y lo hacen) "Las Goteras".
Y pese a que se esperaba que los crímenes cesaran, fueron en aumento y las técnicas fueron perfeccionadas usando chocolates con gotas y en otros casos, mujeres colocaban la sustancia en sus pechos.
La organización trabajaba principalmente en la Ciudad de México. Sin embargo, múltiples casos fueron registrados en el Estado de México, Hidalgo, Tlaxcala, Guanajuato, Veracruz, Morelos, Puebla, Querétaro y Jalisco.
No se trata solo de una banda de "Las Goteras", son múltiples grupos delictivos. Y sí, siguen operando.
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