El ex Gobernador de Puebla, Mario Marín, estuvo prácticamente encabezando su propia defensa durante la audiencia que se llevó a cabo en el Juzgado Segundo de Distrito en Cancún, Quintana Roo, ya que únicamente fue asistido por dos abogados, mismos que se limitaron a asesorarlo. Durante el evento se abstuvo de rendir declaración sobre el delito de tortura del que se le acusa.
El ex mandatario poblano pidió gozar de prisión domiciliaria por motivos de salud y prevención ante el riesgo que el COVID-19 presupone, además de argumentar que pertenece a un grupo vulnerable, sin embargo, esta petición le fue negada por el juez.
La petición que si le fue concedida fue el recibir atención médica por un presunto dolor de riñón, ante lo cual el juzgador accedió a que fuera atendido desde la cárcel, buscando garantizar su derecho a la salud.
Finalmente se informó que el detenido pidió acceso a la carpeta de investigación por la que se le acusa y algunos documentales sobre su caso, cuestiones que le fueron otorgadas.