En un país donde la búsqueda de justicia es una batalla constante, el caso de Marisela Escobedo Ortíz y su hija, Rubí Marisol Frayre Escobedo, resuena como un trágico ejemplo de la impunidad que enfrentan muchas familias en México.
El comienzo de la pesadilla
Todo comenzó en 2008, cuando Rubí Marisol Frayre Escobedo, la hija menor de Marisela, fue brutalmente asesinada por su pareja, Sergio Barraza. La joven había iniciado una relación con Barraza en contra de los deseos de su familia, desatando un drama que concluiría en una tragedia familiar.
“Fue el temor de que mi hija me repudiara por no dejarla estar con el hombre que ella amaba, fue lo que me detuvo”, declaró en una entrevista Marisela al ser cuestionada sobre permitirle a su hija una relación con un hombre mayor.
De la Desaparición al Feminicidio
En agosto de 2008, Sergio Barraza informó a la familia Escobedo que Rubí había huido con otro hombre, una versión que la familia nunca creyó debido a las inconsistencias dichas por Sergio. La búsqueda desesperada de Rubí llevó a la familia a los suburbios de Ciudad Juárez, un área marcada por la violencia contra las mujeres que había ganado infame reputación como epicentro de los feminicidios en México, pues en ese momento las “muertas de Juárez” era un tema sonado y repudiado por la sociedad mexicana.
Finalmente, en diciembre del mismo año, se confirmó el peor de los temores: Rubí había sido asesinada y su cuerpo incinerado por Sergio Barraza. A pesar de la confesión inicial de Barraza, las autoridades de Chihuahua desestimaron el caso por falta de pruebas sólidas, permitiendo que el criminal huyera a Zacatecas.
La Batalla por Justicia
Marisela Escobedo se convirtió en un símbolo de la lucha contra la impunidad y el feminicidio en México. Desde 2009, inició una lucha incansable para llevar ante la justicia a Sergio Barraza, exigiendo respuestas al gobierno de Chihuahua y atrayendo la atención internacional sobre su caso, puesto que se solicitó el apoyo del Consulado General de México en Estados Unidos, para hacer justicia.
El Asesinato de Marisela
El 16 de diciembre de 2010, Marisela Escobedo fue asesinada a tiros frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, en un acto destinado a silenciar su incansable búsqueda de justicia para su hija. Este crimen atroz evidenció las deficiencias del sistema judicial mexicano y provocó indignación nacional e internacional; pues Marisela denunció que si algo le pasaba a ella o a su familia, el responsable sería el Estado,
“Le he perdido el miedo a todo, le he perdido el miedo a la muerte, que es lo peor que me podría suceder… Quiero que mi hija, donde quiera que esté, sepa que la amo y que no voy a dejar de luchar por ella hasta que se le haga justicia”, declaraba Marisela antes de su fallecimiento.
¿Justicia o Impunidad?
José Enrique Jiménez, conocido como "El Wicked", fue inicialmente identificado como el asesino de Marisela Escobedo. Aunque hubo una confesión inicial, la familia Escobedo y testigos oculares cuestionaron la veracidad de la versión oficial. Surgieron dudas sobre las irregularidades en el proceso judicial y la posible participación de otros implicados, como Andy Barraza, hermano de Sergio.
“Vengo a tomar responsabilidad de mis propios actos, a tomar, como quien dice, las consecuencias de mis acciones, verdad”, declaró El Wicked en rueda de prensa, quien aceptó haber cometido el crimen.
El 16 de noviembre del 2012, se dio a conocer que en un enfrentamiento con militares, Sergio Barraza perdió la vida, y junto con él la esperanza de ver pagar una condena de más de 50 años dentro de prisión.
En 2014, “El Wicked” declaró a su defensa que ya no podía seguir con la farsa, y admitió que él no había matado a Marisela, incluso dijo que fue amenazado e intimidado, por lo que se accionó de inmediato el protocolo de Estambul, el cual determina si una persona fue víctima de tortura… En diciembre del 2014, las autoridades del Penal de Máxima Seguridad de Chihuahua informaron sobre el deceso de José Enrique Jiménez, supuestamente por causas naturales.
Continúa la Lucha
A pesar de las detenciones y declaraciones, la familia Escobedo nunca encontró la paz ni la justicia verdadera. Andy Barraza, aunque encarcelado por otros delitos en Texas, nunca fue formalmente interrogado sobre el caso de Marisela. Este hecho dio a conocer las deficiencias persistentes en la procuración de justicia en México, especialmente en casos de violencia de género.
El Legado de Marisela
El sacrificio de Marisela Escobedo no fue en vano. Su nombre se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el feminicidio y la impunidad en México. La familia Escobedo ha buscado justicia no solo en los tribunales mexicanos, sino también internacionalmente, presentando una demanda ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2019.
Marisela Escobedo y Rubí Marisol Frayre Escobedo son un recordatorio doloroso de los desafíos que enfrentan las víctimas y sus familias en su búsqueda de justicia en México. Más allá de la tragedia personal, su historia resuena como un llamado a la acción a las autoridades mexicanas, para que ningún feminicidio quede impune.
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