Liliana Estrada Medina es una mujer morelense del municipio de Yautepec que ha sabido salir adelante pese a las dificultades que se ha encontrado a lo largo de su vida y que han provocado transformar por completo sus hábitos, pero nunca han roto sus sueños.
Licenciada en administración, 36 años de edad y actualmente madre soltera, nos cuenta que uno de sus más grandes retos es siempre darle lo mejor a su hijo, para lo cual ha trabajado constantemente y ha logrado emprender su propio negocio pese a la pandemia.
Fue en noviembre del 2018 cuando después de dificultades económicas, recibió un apoyo por parte de un familiar y Liliana en lugar de gastarlo, lo invirtió:
“Cuando mi tío me da ese dinero yo lo primero que pensé fue en la felicidad de mi hijo. Así que invertí una cantidad en bolsas artesanales de yute que había visto en Guanajuato para yo iniciar mi propio negocio”.
Días después Liliana contactó a la proveedora que se ubicaba en otro estado de la República para adquirir 5 mil pesos en bolsas. Sin saber cómo le haría, ni tampoco tener clientes, decidió arriesgarse.
“Siempre los consejos que me han dado es que hay que arriesgar para ganar. Y todos los cambios tienen su lado positivo, así que yo me animé y lo hice”, dijo.
En sus primeros meses decidió vender a través de redes sociales, después tuvo los recursos para rentar un local cerca del centro de Yautepec, donde las personas poco a poco comenzaron a ubicarla y adquirir los productos que sin duda eran la novedad en aquella zona de la entidad.
Decidió crear su propia marca “Malí Bolsas y Accesorios”, y bajo sus conocimientos de administración echó a andar su proyecto, el cual quizá ha sido el más importante de su vida.
“Cuando adquirí las bolsas yo sola hice un estudio de mercado muy austero, verificando cuáles eran las novedades en Yautepec, y fue ahí donde me di cuenta que las bolsas artesanales no eran comercializadas, y menos de la calidad hecha a mano que me ofrecía mi proveedora, por eso también le di un toque especial con mi marca de Mali”.
LLEGÓ LA PANDEMIA
A casi dos años de emprender este negocio las circunstancias no eran aún las mejores, había sido un proceso de altibajos que junto a su hijo pudo superar, pero de pronto llegó la pandemia por Covid-19, y con ello el cierre de actividades esenciales, con el fin de cuidarse al máximo.
“Soy madre soltera, vivo con mi hijo y obviamente me pegó mucho que mi negocio cerrara. A veces creemos que nunca pasarán este tipo de cosas pero aprendí que tenemos que estar preparadas para lo más difícil, más aún cuando cuando se trata de un virus que te puede quitar lo más preciado de la vida: tu familia”.
Durante el semáforo rojo, Liliana optó por promocionar sus bolsas en redes sociales. Sus grupos donde estaba inscrita fueron los mejores aliados. El local en Yautepec decidió dejarlo para no gastar en renta, y nuevamente comenzar de cero bajo un nuevo método de venta que no todos estaban acostumbrados.
“A veces me iba bien ofertando en Facebook, a veces no, pero cuando salía alguna venta me iba a entregar. Me ponía cubrebocas, llevaba el gel y en transporte público o a veces con ayuda de amigos me llevaban a entregar a Cuernavaca, pero siempre estaba el miedo de contagiarme”.
Hoy en día sabe que como mujer cuesta más trabajo ganarse un lugar, sobre todo porque menciona que muchas veces le han dicho que no podrá llegar lejos, pero siempre ha buscado que el buen ánimo, la actitud y encomendarse a Dios le haga cumplir sus metas a corto y largo plazo.
“Siempre es importante mantener los pies sobre la tierra, no creer que todo saldrá bien, sino estar preparados para cuando las circunstancias no vayan como nosotros las queremos. Vender bolsas puede ser frustrante porque no sé si tendré los ingresos que tengo pensados, pero no puedo rendirme, no ahora cuando las circunstancias son más difíciles que hace dos años y medio cuando empecé”.
Si deseas apoyar comprando estas bolsas, no dudes en contactar a Liliana al teléfono: 777 370 1802