La emergencia que provocó el huracán Otis en Acapulco a finales de octubre trajo consigo mucha necesidad a sus habitantes, ya que muchos de ellos lo perdieron todo.
Los empresarios morelenses se solidarizaron con ellos y sus cámaras empresariales se convirtieron en un centro de acopio, sin embargo, les costó trabajo mantener el ritmo de apoyo.
“La efervescencia duró unos 5 o 6 días, el problema estuvo en toda la cantidad de información que comenzó a llegar”, expresó Antonio Sánchez Purón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial.
Expuso que con la desinformación comenzó a disminuir la ayuda, pues en redes sociales circulaban noticias que apuntaban a que los camiones con víveres no les llegaban a las familias damnificadas. Purón dijo que incluso hubo más acopio cuando sucedió el terremoto del 19 de septiembre del 2017.
Estima que al paso de la primera semana de la emergencia en la costa de Guerrero, bajó 80% la participación de los morelenses; Sánchez Purón comentó que el CCE con mucho trabajo y a “duras penas” envió una camioneta de 3 y media toneladas a los acapulqueños.
Agregó que faltó información para que los centros de acopio supieran con exactitud qué productos eran más necesarios que otros.
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