Patricia Guerrero, la abogada defensora del medio ambiente
Verónica Patricia Guerrero Vinueza, una destacada abogada de 51 años, fue trágicamente asesinada en Tonalá, Jalisco, mientras se encontraba en su vehículo. Este crimen, sucedido el 3 de febrero de 2022, está bajo la lupa de la Fiscalía de Jalisco, que lo investiga como un posible feminicidio vinculado a su actividad profesional y a su ferviente activismo en defensa del medio ambiente.
Guerrero Vinueza se había erigido como la voz legal de los habitantes del fraccionamiento Urbi Quinta en Guadalajara, quienes se oponían férreamente a las operaciones de Caabsa Eagle, una compañía responsable de la recolección de residuos en la zona metropolitana. La abogada y la comunidad habían lanzado quejas formales y participado en manifestaciones públicas, acusando a la empresa de realizar vertidos ilegales de desechos en el clausurado vertedero de Matatlán.
Meses antes, ya había sido blanco de amenazas de muerte. Durante las protestas, se reportó la presencia intimidatoria de sujetos armados que intentaban disuadir a los manifestantes. Los familiares de Guerrero Vinueza inclusive comunicaron a las autoridades las sospecha de que estos hechos están directamente relacionados con su asesinato.
Antes de asumir este caso, la abogada había trabajado en el área de Narcomenudeo y ocupó el cargo de secretaria en el despacho de Tomás Coronado Olmos, ex procurador de Justicia. Su trayectoria en litigios de alto perfil y su dedicación a la justicia la habían colocado en el punto de mira de intereses poderosos, especialmente por su defensa del medio ambiente y los derechos comunitarios.
Su asesinato coincidió con el Día Internacional del Abogado, hecho que puso en relieve la preocupación por la seguridad de los profesionales del derecho en México, particularmente aquellos que se enfrentan a grandes corporaciones y sus prácticas cuestionables.
En respuesta a las repercusiones del caso, Caabsa Eagle ha publicado un comunicado negando cualquier relación con el homicidio y ha mostrado su disposición a colaborar con las autoridades en la investigación. No obstante, más de dos años después, la comunidad y los seres queridos de Guerrero siguen clamando por justicia y exigencia de transparencia en el esclarecimiento de este caso.
El caso de Guerrero se suma a la larga lista de defensores del ambiente que fallecen por hacer lo justo, por defender a los indefensos, en un México impune que cada día se mancha más y más de sangre ambientalista.