Una familia en Pennsylvania, Estados Unidos, se mudó de casa y decidió dejar a su perrito abandonado; se llevaron todo, menos a su fiel amigo. Pero el perrito decidió esperarlos, con la esperanza de que algún día regresarían por él.
Así pasaron 20 largos días para el peludo; vivía en el pórtico de la casa y se alimentaba de las bolsas de basura que dejaban los vecinos. Inclusive intentaba asomarse para ver si su familia ya había regresado, pero todo seguía igual.
Los vecinos se percataron de lo sucedido, y decidieron hablarle a la Asociación Speranza Animal Rescue. Su fundadora, Janine Guido, acudió al instante para recoger al perrito, sin embargo no se dejaba agarrar ni dar de comer.
Tuvieron que pasar 30 minutos para por fin agarrara confianza y aceptara la comida de Janine; poco a poco se fue ganando su cariño, hasta que finalmente ella y el can pudieron entenderse. Según sus palabras, “el perrito ya sabía lo que le estaba diciendo. Literalmente se acercó, y se sentó para que le pusieran la correa”.
“Cupido“, como lo bautizaron, fue trasladado al refugio para animales, donde ahora vive y se está adaptando a su nuevo entorno. Sin embargo, por la popularidad de su historia, ya hay cientos de solicitudes de adopción.