La Diócesis de León, en Guanajuato, lamentó la muerte de un sacerdote por “una intempestiva enfermedad”; el problema es que realizó actos públicos hace unos días y ahora las autoridades piden a los feligreses hacerse la prueba de COVID-19.
El padre Eduardo Hernández Rodríguez estaba encargado de la Parroquia de San Pedro Apóstol y tenía 59 años de edad y murió con síntomas de coronavirus; a través de un comunicado la Diócesis anunció su deceso el pasado 9 de mayo, y dejaron en claro que no realizarían actos fúnebres por la misma emergencia sanitaria.
Para evitar aglomeraciones, la Dirección de Salud municipal colocó cintas de seguridad alrededor de la Parroquia e hizo un llamado a los feligreses para que acudieron a alguna celebración religiosa o acto público con el sacerdote, en los últimos 14 días, a realizarse la prueba de COVID-19.
De igual forma, la Iglesia comunicó que los actos en memoria del sacerdote se harán hasta que termine la contingencia, y llamó a sus fieles a no exponerse y atender las medidas sanitarias hechas por las autoridades.
Y es que, según información de El Universal, el párroco habría hecho actos públicos al inicio de este mes, por lo que quienes lo acompañaban podrían estar en riesgo.
Con información de El Universal