Rita es una matemática que soñaba con ser veterinaria; sin embargo, la vida la llevó por un camino diferente con el que ha tenido la oportunidad de ayudar a cerca de 200 perritos.
¡Su trabajo es único en el país!
Su capacidad para las ciencias exactas la llevó a estudiar una ingeniería Biónica en una de las mejores universidades de Puebla; ahí, sin saberlo, encontró la combinación perfecta entre su carrera y lo que le apasiona: el área de prótesis y órtesis.
El primer proyecto
Y aunque sus conocimientos adquiridos estaban dirigidos a humanos, durante sus prácticas profesionales una de sus familiares le pidió ayuda porque su perrito no podía caminar y requería un carrito de apoyo.
“¿Cómo crees que voy a hacer eso?”, dijo Rita sorprendida. Aún así tomó el reto y con su experiencia adquirida, materiales básicos y un socket personalizado, logró fabricar de manera exitosa el carrito.
“Por “X” o “Y” razón un veterinario se enteró a los pocos días y me contactó para hacerle un carrito a uno de sus clientes; con la experiencia pasada, mejoramos los materiales”.
Fue así como cada vez su trabajo llegó a más voces y los pedidos crecieron, por lo que comenzó a ser equipo con otra ingeniera de su misma universidad.
Proasthetics, único en el país
Con el conocimiento empírico que desarrollaron lograron crear prótesis más fuertes y aplicadas a la biomecánica, con el objetivo de que los perritos encuentren una mejor calidad de vida ante una lesión.
Al darse cuenta que en el país no existía una empresa como tal que se enfocara al desarrollo de prótesis para los amigos peludos y para humanos, decidieron crear Proasthetics.
Desde hace casi 4 años se consolidaron como empresa, y hoy ya tienen su taller de trabajo en la ciudad de Puebla.
“Así como la prótesis de un humano no le funciona a otro, nuestras prótesis con los perritos son completamente personalizadas, incluida la pórtesis y los carritos. En México, como nosotros lo hacemos, no hay nadie”.
El trabajo desde la primera visita hasta la entrega del producto dura entre 2 y 3 semanas, ya que primeramente se debe hacer una valoración para saber si el perro es apto para una prótesis o carrito.
Si hay luz verde se toma el molde y medidas específicas; una semana después se hace la prueba de socket, que es la unión entre la prótesis y el perro, para asegurarse que sea anatómico.
Hay que resaltar que los perros no son tan entendidos como los humanos, entonces se tienen que acostumbrar a utilizar el artefacto.
“Es como cuando nos compramos unos tenis nuevos, al principio te aprietan y poco a poco se van hormando. Entonces los perritos deben acostumbrarse”.
Han atendido a pacientes peludos de todo el país
Gracias a las redes sociales su trabajo se ha popularizado y hasta su taller, en Puebla, han llegado pacientes desde Monterrey, Querétaro, Veracruz, Guanajuato, Ciudad de México, Oaxaca y más.
Por eso la empresa ha ido creciendo poco a poco a pesar de la pandemia.
Todos merecen una segunda oportunidad
No solamente han atendido perritos, también otros animales de granja. Tal fue el caso de una oveja que, como no se podía levantar, sus dueños la iban a dar como alimento a los leones.
Gracias a que una fundación en Puebla contactó a Rita y Proasthetics, lograron adaptarle un carrito para que viva unos años más.
El objetivo de Rita es brindar una mayor calidad de vida a los perritos que lamentablemente han tenido una lesión o una discapacidad.
¡Conoce su trabajo!
Para saber más sobre lo que realizan, visita sus redes sociales.
📱 Facebook: Proasthetics
📸 Instagram: Proasthetics_
🖥️ Web: www.Proasthetics.com.mx