Recién nacidas sobrevivieron a la furia del Huracán Otis
Las pequeñas Aurora Giselle, de una semana de nacida, e Isabela, de dos meses, sobrevivieron al huracán Otis, gracias a la fuerza de sus madres y familiares; hoy viven en un refugio en Chilpancingo, ya que el Puerto de Acapulco no es un lugar seguro para ellas.
Angélica Paola Salas Gómez, de 21 años, tenía 9 meses de embarazo cuando Otis golpeó el Puerto y su cesárea estaba programada para el jueves 26 de octubre. Al igual que a muchos la fuerza de la naturaleza la tomó por sorpresa y la obligó a caminar y buscar cualquier forma de transporte para poder ser atendida.
“Tuvimos que caminar con mi mamá hasta llegar al Parque Papagayo, donde nos comentaron que estaban llevando a la gente al Hospital del Quemado, pero al llegar nos dijeron que era a las 7 y nosotras llegamos a las 11. Tomamos un autobús y tuvimos que caminar, ya llegando al Quemado nos dijeron que 'no había servicio', que estaba sin luz y me dijeron que era imposible realizar una cesárea sin luz”, comentó.
Su travesía para poder conseguir atención médica no terminó ahí pues tuvieron que aguardar, desembolsar dinero y esperar a uno de sus familiares.
“Salimos del Quemado y caminamos otro poquito y ya no pasó otro autobús. Ahí nos recogió una pareja que iba por suministros y nos llevaron por 400 pesos y ya en la terminal pasó una tía por nosotros que nos llevó al hospital”, recordó.
Sin embargo no fue hasta la mañana del sábado 28 de octubre que la pequeña Aurora pudo ver por primera vez la luz en un hospital de Chilpancingo
Al preguntarle si la experiencia que vivió definiría el nombre de su hija respondió sonriendo “pues me habían comentado Otis Judid, porque nació el día de San Judas Tadeo pero yo ya tenía planeado ponerle Aurora Giselle”.
El caso de Guadalupe Yesenia Sandoval Valente no fue muy diferente, pues tuvo que cargar a su pequeña hija para salvarla, luego de que el río que pasa cerca de su hogar se saliera de su cauce. Su esposo la alzó en el aire durante todo el trayecto hasta poder llegar a una zona segura, durante el paso del huracán Otis.
La madre de la pequeña Isabella asegura que fueron momentos complicados durante el huracán debido a que el agua les llegó hasta el pecho.
“Pensé en ella más que nada (hija) porque pensé 'dónde nos vamos a ir' y además ya estaba subiendo mucho el agua, pero la tomé en brazos y se la di a su papá porque yo tenía miedo de resbalar, y ya pues yo le saqué un cambio de ropa pero al momento de cruzar se fue todo”, describió.
Luego de vivir esta difícil experiencia ambos bebés se encuentran estables de salud y radican provisionalmente en un refugio que estableció el Ayuntamiento de Chilpancingo, donde ahora sus padres buscan la forma de recuperar su hogar que se encuentra inundado.
En ambos casos no han considerado volver al Puerto en pronto tiempo, debido a que coinciden en que “Acapulco no es un lugar para un recién nacido”, esto ante la falta de luz, medicamentos, servicios médicos y demás carencias que padecen sus paisanos.