Se seca el Lago de Pátzcuaro, cuna de la civilización tarasca
Durante los últimos 3 años, el Lago de Pátzcuaro, ubicada a 49 kilómetros al este de Morelia, capital del Estado de Michoacán, ha comenzado a secarse de forma dramática. Las marcas del agua, que cada vez son menos, pueden apreciarse más del lado de Erongaricuaro, uno de los 25 pueblos que rodean este afluente.
Los habitantes de la zona calculan que es de casi mil metros la distancia en la que el cuerpo de agua ha perdido terreno, en esa zona donde prosperó la civilización Tarasca, que se extendió a algunas zonas de Guanajuato, Jalisco y Estado de México en la época prehispánica.
Desde la isla de Janitzio, uno de los mayores atractivos turísticos de Michoacán, se pueden apreciar los sembradíos de aguacate en gran parte de la orilla del Lago de Pátzcuaro. Este fruto es uno de los más emblemáticos a nivel mundial de esta entidad, pero cada árbol consume una gran cantidad de agua, y en eso radica el problema.
“Cada día, decenas de pipas de agua llegan a la orilla del lago desde la parte de Erongaricuaro y se llevan miles de litros. Ellos no se dan cuenta del gran daño que se le está haciendo al lago. Hace tres años, el lago estaba por donde se ve el ganado. Ahora esa parte ya no está profunda”, comentó Don José, uno de los habitantes de Janitzio.
Otro de los ciudadanos de esta isla, Don Manuel, de 75 años de edad, recuerda que, de niño, él se metía a nadar, pero actualmente el agua se encuentra ya contaminada. Fue pescador durante varios años, pero incluso esa actividad ya es poco redituable, pues los charales que caracterizan esta región escasearon.
“Antes vendíamos el kilo de charal hasta en 5 pesos, y ahora el kilo está en 100 pesos. A veces ya no es de aquí. Es una lástima que durante todos los años cambiara nuestro Lago de Pátzcuaro”, comentó mirando hacia el lago.
La señora Guadalupe, habitante de la zona, aseguró que algunos de los charales que se venden en este lugar ya no son pescados en el lago, y que algunos comerciantes han optado por comprarlos de otras partes, ya que “es cierto, ya no hay tantos charales en el Lago de Pátzcuaro”.
Algunos empresarios opinaron de forma anónima que se necesita la intervención de las autoridades, tanto municipales como estatales, para que tanto la actividad de producción aguacatera como la turística de Janitzio puedan ser autosustentables.
En los alrededores del Lago de Pátzcuaro, los comerciantes aseguran que hace algunos años, tanto los representantes del ayuntamiento como del Gobierno de Michoacán visitaron la zona, prometiendo que desarrollarían diferentes proyectos, pero ninguno ha regresado hasta el momento.
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