La Opinión de: Michelle Onofre
Por si la creciente inseguridad en Cuernavaca no fuera suficiente, los que aquí vivimos toleramos otro flagelo: la falta de agua, un problema que si bien no es nuevo, parece haber llegado en la presente administración a un punto de no retorno.
El hartazgo ha sacado a los habitantes de distintas colonias a las calles para manifestarse, la realidad ineludible es que la ciudadanía vive secuestrada ante el temor de enfrentar un caos en sus traslados diarios.
José Luis Urióstegui Salgado alude a la deuda histórica y a gobiernos anteriores para explicar la situación crítica que atraviesa el SAPAC, sin embargo su administración tampoco ha cumplido cabalmente con los compromisos adquiridos ante la CFE de otra forma no se explica que los cortes de electricidad en los pozos sean el pan de cada día y solo se detengan temporalmente, con el millón doscientos mil pesos que él mismo declaró ante medios como ingreso diario del SAPAC por el rubro de cobro de servicio de agua, las cuentas pendientes parecen no saldarse y los pasivos siguen creciendo.
Según un balance financiero presentado por la comisaría de SAPAC en el último mes de 2022 los principales acreedores son la CFE, El IMSS, El SAT, CONAGUA, CEAGUA, El Instituto de Crédito para los Trabajadores del Estado y hasta Teléfonos de México, eso para un organismo ahogado también por laudos y con nula inversión en mantenimiento de una red vieja por la que se pierde el 60% del vital líquido, todo parece la crónica de una muerte anunciada. El panorama es catastrófico pero el alcalde lo sabía desde que era candidato, debe por lo tanto asumir la responsabilidad y aumentar la eficacia en las gestiones, o creía que el puesto era un privilegio?
Hay voces que insinúan un rescate como el sucedido en Tabasco pero debemos establecer algunas diferencias, allá la deuda fue ocasionada por el impago de la población en una resistencia civil, es decir la gente no pagana; en Cuernavaca ese no es el caso, aquí sí pagamos y en algunos casos hasta con antelación, aquí la morosidad se castiga con el corte.
Sin embargo y por increíble que parezca, si el milagro de una condonación (al menos ante la CFE) sucediera, resultaría únicamente un paliativo y el problema de desabasto no se resolvería , Sapac no tiene Bombas de repuesto, No tiene un programa preventivo y correctivo que sea eficaz, la inversión en infraestructura hidráulica por parte de nuestro sistema de agua es utopía.
Las autoridades capitalinas seguramente seguirán quejándose por la falta de “humanidad” de la Comisión Federal de Electricidad, en un perverso intento de canalizar el enojo popular hacia esa empresa pública, lo cierto es que los vecinos velan todas las noches en los pozos de agua dispuestos a todo con tal de no sufrir desabasto.
La historia se resume y la verdad se esconde entre la intransigencia de la CFE, La ineficacia del Ayuntamiento y la desesperación de la ciudadanía, todo da como resultado una Cuernavaca sedienta, veamos pues, cuales calles sigue cerradas hoy o mañana.